lunes, 30 de agosto de 2010

Herida de bala

Amanecí con mi cuerpo destrozado, adolorido, casi incapaz de movilizarse. No pude ocupar la bicicleta, me cuesta subir escaleras. Siento náuseas, mi estómago apretado. La cabeza bombea fuerte, zumba....zzzzzuuuumba. Mis ojos hinchados ¿te sientes bien? me preguntan en el trabajo y yo digo "más o menos, parece que me voy a resfriar". Y es probable que sí. Seguro que el virus de la influenza (o en este caso de la influencia) me atacó en 24 horas, justo después que me hirieran de bala a la 1:30 de la madrugada del domingo. El revólver se disparó desde una lengua inocente y el proyectil dio justo al centro de mi corazón, desangrándolo, rebanándolo en pedazos, desvaneciéndolo. Sin corazón bajan las defensas, obvio. Mi cuerpo es víctima de eso.

martes, 10 de agosto de 2010

El explorador y la bruja

Ambos estaban sentados uno al lado del otro en la banca de siempre de la misma plaza. Él, sonriente, mirando casi de frente al sol para que abrigara su cara, atento al entorno, las gentes, los perros, al vendedor de algodones de azúcar. Su mentón se apoyaba en las manos y sus codos sobre cada pierna. La miraba con compasión, pero la respuesta de ella era huraña, hastiada, molesta, tal como su postura corporal. Tenía las piernas cruzadas, su brazo izquierdo rodeaba su cintura, mientras el derecho se sostenía sobre la rodilla del mismo lado. El entrecejo fruncido y la espalda encorvada, como queriendo imitar la de su tía abuela.

Comenzaron el diálogo.

- No termino de entender esa costumbre tuya de andar tan “abierto” por la vida. ¿No entiendes que la gente es mala, envidiosa, que busca hacerte daño, que puedes salir herido si confías demasiado en sus intenciones? Tu falta de criterio nos ha llevado al abismo más de una vez, nos ha destrozado el corazón y tú insistes en tirarte al vacío una y otra vez. Es irresponsable exponerse de esa manera.

- Si tan solo te dieras cuenta cuántas oportunidades pierdes de conocer personas increíbles. Cómo es posible que tu ego sea tan grande, que creas que las personas te quieren hacer daño, a ti. Nadie está preocupado de ti, no eres el centro del universo. Con suerte la gente está tratando de llevar sus propias vidas y tú piensas que van a tener tiempo para perjudicarte. Me parece soberbio. Estando siempre a la defensiva y relacionándote desde el miedo nunca vas a poder ser feliz, acercar el amor, descubrir la magia. Entiendo que mi actitud te resulte osada muchas veces, pero al menos me ha permitido experimentar emociones reales.

- ¿Y de qué te ha servido? Mil veces te has entregado casi con los ojos cerrados y los brazos abiertos y te han partido el alma. Nos han destrozado el corazón. ¿Y quien es la que se tiene que hacer cargo de esa pena, de ese dolor después? ¡Yo! Yo soy la que tiene que sostenernos por tu ímpetu.

- Pero piensa, ¿Quiénes nos han mentido? ¿cuántos de los que nos han acompañado nos han mentido? Sí, hemos estado con personas inseguras, miedosas, inmaduras, pero nunca, jamás, mal intencionadas. Nunca nos han partido el corazón por un engaño, nosotros hemos caído en eso porque hemos cometido el error de armar expectativas dónde no hay posibilidad de construir algo. No es el resto el que nos ha dañado, nosotros lo hemos permitido.

- Yo siempre sé cuando vas derecho al vacío, en el fondo siempre sé y no me escuchas, no me quieres escuchar nunca.

- ¿Pero si sabes, por qué no me gritas? ¿Por qué no me detienes cuando detectas el peligro? Yo reconozco que en eso, en la intuición, eres una gran maestra, ¿por qué entonces no me detienes cuando sientes que vamos a caer nuevamente?

-

- No sé. Quizás… lo que pasa… ¡no puedo creerlo! Creo que soy una adicta al dolor. Yo siempre detecto cuando una situación nos va hacer daño, pero… cresta… soy incapaz de frenarte. Me quedo callada porque en el fondo, muy inconscientemente, creo que en el dolor es el único contexto dónde puedo pedir ayuda o sentir pena y buscar contención. No me permito esto estando sana, contenta.

-

- Tú bloqueas y yo no te escucho. Confía y tu intuición será mi guía. Es un pacto.