viernes, 16 de octubre de 2009

Detenido

Son las dos de la mañana. Hace una hora terminó el concierto del grupo de jazz de Javi. Tremendos músico, mi amigo tremendo compositor. Fue divertido entrar en el juego de adivinar quienes eran los autores de los temas. La creación de Javier, fusión perfecta entre lo latinoamericano y el soul clásico, me resultó inconfundible. Cómo él dijo, no fueron en vano 12 clases de armados de canciones. Nos conocimos al punto de reconocernos.
Bajo del taxi y en el edificio abandonado del frente del hostal suenan golpes. Como si alguien martillara o diera patadas a las tablas. Entro a mi casa, me lavo los dientes. Me pongo a escribir esta crónica y escucho gritos. Una patrulla y tres policías obligan al sujeto que está dentro del inmueble a salir, a dejar de hacer quilombo. "Salí o te sacamos a balas". Del interior aparece un tipo que desde mi ventana se ve joven. Lo tiran al suelo, lo esposan. Uno de los patrulleros fuma un cigarrillo. Empiezo a elocubrar sobre los motivos que tiene un sujeto para atraer de esa forma la atención de la policía, en vez de quedarse piola en el edificio de tres pisos que solía ser una peluquería. ¿Será que hay quienes extrañana la cana? ¿o la necesitan para dormir? ¿será que no tenía que comer mañana? ¿será que estaba con paco o empastado como decimos allá?.
Ahora hay dos patrullas y al menos cinco policías. El sujeto es sólo uno, sentado en la puerta del edificio, disminuido, rodeado por la autoridad.

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