miércoles, 24 de junio de 2009

Chile desde Argentina


Obama alabando la gestión económica de Bachelet frente a la crisis mundial. Velasco aparece como héroe en la noticia armada condescendientemente por Amaro que viajó a Estados Unidos para cubrir el encuentro de ambos Presidentes.
Desde Argentina la noticia resulta extraña. No voy a mentir, en tierras extranjeras (por muy país limítrofe que sea) todo lo que lleve el nombre de Chile despierta un interés inusual. La primera sensación es de orgullo. ¡Se ve lindo el país desde afuera!. Sin embargo, cuando finaliza la nota con la frase "la cueca llegó a Washington para quedarse", este chauvinismo incipiente desaparece. ¿Qué hay más allá de las alabanzas, la imagen, la política exterior?
Desde lejos, todavía se filtran en la cabeza (y más aún en el alma) las imágenes de un país desigual. Sobre todo cuando la noticia que sigue a la de este encuentro es la de salas de espera en los consultorios atestadas de familias que debieron esperar por más de 5 horas para ser atendidas. Escasez de equipos médicos en todo el país y proliferación de gripe en familias enteras. Virus sincicial en niños. La amenaza de A1H1. Pacientes desesperados derrumbando las puertas de alguna urgencia. ¡Ya no se ve tan bello el país!
Mientras, Argentina prepara las elecciones parlamentarias del domingo. Díficil entender a estos trasandinos en su política local. Me esfuerzo por descubrir quienes son amigos y enemigos, oficialistas y opositores. Pero hay detractores en la misma coalición, en el mismo partido. Mmmm ¿vamos los chilenos transitando hacia este mismo destino?
Desde acá la candidatura de Enríquez Ominami se ve como un saludo a la bandera que, más que lograr votos, pretende ser una gran piedra en el zapato de los dinosaurios anquilosados en la cúpula del "¿poder?". Como gesto aprecio el valor, pero que raro eso de proponer procentajes de privatizaciones para empresas públicas. ¿Qué diría Miguel? Miguel que aparece en el afiche de Navarro.
No es que me siga interesando la política. De hecho creo que me importa cada vez menos. Mis compañeros de la universidad, uno más que otro, solía decir que se juntaban 5 revolucionarios y había 100 formas de hacer la revolución. Yo creo que ahora más que nunca la única revolución posible es la interna, la individual, la que genera reacción a partir del propio cambio (no en el cambio de Lavín...uuuy que añejo!) sino el cambio que nos lleva a desandar los pasos, volver a la fuente y encontrarnos con nosotros mismos, desprejuiciados, emancipados de la programación de años, décadas, eras enteras. Ese que no busca complacer a otros ni buscar aplausos, sino aquel que nos hace arriesgar lo vivido para ser libres finalmente.
Lectura de foto: Julieta y Martín de Cajón del Maipo, muy chilenos ellos.

1 comentario:

  1. Amiga... acá en Chile la cosa es igual. Acuérdate no más... Enriquez Ominami emergió como la cara visible de los concertacionistas cansados de los abusos y exhabruptos de la antigua estirpe para abrirle paso a las nuevas generaciones, con nuevas ideas, nuevas formas de hacer políticas, ideas "renovadas", alianzas extrañas... en fin... más temprano que tarde este parlanchín a mil por hora estoy segura juntará las firmas necesarias para presentarse a candidato oficial a la elección presidencial... pero como a la segunda vuelta irá Piñera y Frei igualmente, como todos, terminará bajándose los pantalones y negociando para que salga la opción menos mala y a la vez doblando su discursito en el bolsillo para 6 años más, los que se supone lueguito van a cambiar para volver a los 6 años en el gobierno.
    A todo esto... pa las parlamentarias la Concerta, osea Frei, ya negoció con la izquierda extraparlamentaria... si aquí el que pestañea pierde, hay que andar ojo al charqui pa que no te caguen...

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