domingo, 14 de junio de 2009

La vida avanza


Llegué a Hostel Córdoba ubicada en la calle del mismo nombre en Buenos Aires y todo parecía tan nuevo, tan propio. Comencé a empoderarme rápidamente del espacio, encendí una Nag Champa, saqué el Buda que me regaló Fran para el viaje, ubiqué mis cosas en el ropero (porque es un ropero, no un closet. De esos antiguos, robustos, con un bello espejo en el centro) y disfrututé. Al rato partí a recorrer y reconocer el barrio, el supermercado judío de abajo y otro de los chinos ubicado a dos cuadras (varias familias de ambos orígenes se dedican a multiplicar estos boliches en cada barrio porteño), la farmacia, la plaza, los cafecitos, calle Pueyrredón.
Al regresar, otra vez la sensación de vacío fuerte emanada de la mente que traicionaba mis ganas de dar este paso. Nuevamente tuve un flashback con Inglaterra. Me trasladé al día en que tuve que salir de Nottingham rumbo a Cheltenham, luego de dos semanas de llegada. Hasta ese entonces había trabajado en el centro de vacaciones de adultos discapacitados, pero como era transitorio tuve que moverme a la otra ciudad para comenzar mi pega en el National Star Center. Evoqué por supuesto aquella sensación que te provocan las cosas nuevas. Incertidumbre, curiosidad, apretón de estógamo, todo de una vez. Me rendí en esa imagen y torpemente no traje a la memoria, sino hasta ahora, los días siguientes a ese episodio que fueron el inicio de una bella, plácida y sincrónica experiencia.
Así las cosas, el sueño tardó en venir la noche del miércoles. Sobre todo porque mi habitación da a calle Córdoba que es una avenida muy transitada. Es como vivir sobre Alameda o, más bien, como en el departamento que habité con mis hermanos en Diagonal Paraguay.
Todo el stress que provocan los cambios se manifestó en un molesto resfriado que me mantuvo congestionada y con el pecho obstruido.Y por supuesto comenzaron las dudas, la mente trabajó hasta la mañana del jueves. Que agotador! Hasta que me levanté y partí a mi clase de Kundalini. Que bendición! A diferencia de lo vivido en Inglaterra, ahora me siento más plantada, con más herramientas, con otra consciencia, lo que me ayuda a superar estos transes de forma más natural y fluida. Surpreet, mi instructora, es muy generosa y me regaló una meditación para equilibrar el organismo y superar el stress y la dualidad. Trabajando con esto y evitando en definitiva dejar espacio al miedo, me dediqué a aprovechar mi lugar. Estudié para el posgrado durante toda la tarde, releyendo a García Canclini (uno de los teóricos favoritos en la época de la universidad y que ahora reaparece como bibliografía recomendada). Escuché mi música, leí algunas noticas de Chile. Fue un gran ejercicio, pues la cabeza seguía sugiriendo rendición. Luché, luché y resistí hasta que llegó la otra clase de yoga que tuve en la tarde, esta vez de Ashtanga. Y una vez más..bendición! es impresionante como la vida me hace cariño con estos gestos y las oportunidades que pone en mi camino. Creo que como recompensa al esfuerzo, todo se abrió nuevamente. Me encontré con un grupo agradable de seres humanos y una clase fenomenal.
De ahí, con la cantidad de energía que tenía partí a la Feria del Libro de Buenos Aires, pues ayer era gratis y quería aprovechar de reconocer el territorio. Casi muero de felicidad, es el paraíso mismo, quería comprar todo y además cada libro que encontraba en la ruta me hablaba de algo, de alguien. Lo primero fue Carlos Castaneda, por supuesto, con "Una realidad aparte", libro que sigue a "Las Enseñanzas de Don Juan", mi biblia en el otro viaje. Como si se tratara de un mensaje "llévame, llévame y léeme- me decía"- y como no!?, si el relato profundiza en esta idea de la permanente lucha consigo mismo, con la mente, con los propios temores que construyen una realidad paralela e incómoda. Luego, "Mujeres que aman demasiado", Galeano y "Los Espejos". Comics por montones de vampiros y otros típicos personajes argentinos, libros de mandalas, yoga. Desde el stand de la cámara chilena del libro, aparecía Maturana con "El Sentido de lo Humano" y "Amor y Juego". "Fundamentos olvidados de lo humano". En otro sector decenas de autores relacionados a cultura y gestión, cultura y masas, cultura e identidad...Quería todo! Y entre medio, sonaban tambores de batucadas y otras tantas expresiones artísticas que aparecían de vez en cuando. Regresé cerca de la 1 agotada, pero feliz, el cielo volvía a ser mío otra vez y yo había vencido al enemigo. Y como condecoración a la prueba superada, un grupo de brasileros me invitó a tomar un vinito en la cocina de la hostal. Jóvenes que escuchaban a Seu Jorge y que agradecieron mi entusiasmo por él. Dormí perfectamente, rico, profundo.
Y el resfrío que pintaba para tiempo? Desapareció! Desperté al día siguiente sin ningún síntoma. Un record, los mocos más cortos de la historia.

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